domingo, 28 de octubre de 2012

Fantasías sexuales


Desde la niñez la gente tiene fantasías sexuales. Sin embargo, tanto los sueños como las fantasías de carácter erótico se hacen más frecuentes y explicitas en la adolescencia.
Las fantasías sexuales o de cualquier otro contenido es parte integral de la vida interior de la persona y una muestra de su capacidad creativa. Las fantasías eróticas pueden ser placenteras o desagradables, estimulantes o deprimentes, realizables o no.
La imaginación y la creatividad forman parte del acto de fantasear. Las fantasías sexuales más frecuentes son la creación de imágenes sobre la forma de obtener gratificación sexual. Estas pueden ser desencadenadas por estímulos externos, por propia decisión o se suceden aparentemente en forma espontanea (estímulos internos).
Lo bueno y lo positivo de las fantasías es que se pueden experimentar con la variedad, transmutar creativamente e ir más allá de los limites, sabiendo que pertenecen al mundo peculiar e individual de la imaginación, donde el placer proporciona el resultado de la perfección de la situación creada y de lo prohibido o poco permitido de la misma; de hecho, llevarla a cabo podría en algunos casos ser poco gratificante y doloroso, y en otros arriesgado para la relación, ya que lo real contienen componentes no tan perfectos ni adaptados al placer personal, lo puede ser aliciente o decepción.
Según investigaciones efectuadas por los científicos sexuales estadounidenses William Masters y Virginia Jonson,  pueden surgir en diferentes contextos para poner cierto ánimo o “chispa” en momento concreto, en forma espontanea o accidental, además de inspirarse en un hecho conocido real, película o libro de un tema preferido. Estas visualizaciones con cierto contenido específico, como verse a sí mismo realizando contacto sexual con éxito (según las circunstancias presentadas), son herramientas que en determinado momento pueden ser parte de las estrategias de superación de problemas.
Aunque podría decirse que hay tantas fantasías sexuales como personas, no seria cierto, ya que una misma persona puede tener varias fantasías y cambiarlas según la situación, la necesidad o la edad, entre otras variables. Lo que si se puede hacer es agrupar las fantasías por su forma de ser. Es decir, hay fantasías fijas o recurrentes, es decir, siempre la misma o muy parecidas entre si (no mas de tres), que repiten personajes o conductas y que se utilizan voluntariamente para desencadenar la excitación o el orgasmo. Y por ultimo las hay libres, que se crean en el momento.

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