martes, 13 de noviembre de 2012

La sexualidad de los hombres al envejecer


Con la vejez, el descenso de los niveles de la hormona testosterona que se produce en el hombre, provoca algunos efectos. El cambio fisiológico más resaltable en la sexualidad del hombre se da en la erección. Con los años, la erección se vuelve menos rígida y duradera. Además, se alarga el periodo refractario, es decir el tiempo transcurrido entre una erección y la siguiente luego de haber eyaculado.
El orgasmo no se modifica significativamente con la edad, aunque sí disminuye la cantidad de semen eyaculado. Todos los cambios anteriormente descritos no tienen por qué perjudicar al hombre y sus relaciones sexuales, aunque algunos viven este proceso como una angustiosa falta de virilidad. También puede afectar a la pareja, sobre todo si existe falta de información y comunicación.
En un pequeño porcentaje de hombres, a partir de los 60, se produce el denominado “climaterio masculino”. Se caracteriza por cansancio, falta de apetito, disminución del deseo sexual, menoscabo o pérdida de potencia, irritabilidad y dificultad de concentración. Este cuadro se atribuye asimismo al descenso de los niveles de testosterona, por lo que puede estar indicado el tratamiento con dicha hormona.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La sexualidad de las mujeres al envejecer


La sexualidad de las mujeres, a partir de la mediana edad, tiene mucho que ver, en cuanto a la satisfacción y actividad, con los patrones de experiencia y con el bienestar experimentado en la juventud. La vida sexual de las mujeres mayores está condicionada por diversos factores. Uno de ellos tiene que ver con la educación restrictiva y limitadora que las generaciones de más edad recibieron en su juventud. Algunos mitos acerca de la feminidad interfieren de manera significativa con el sentimiento de deseabilidad respecto a su cuerpo; sin embargo, según Stokes y Fredericli-Recascino (2003), sentirse sexualmente atractivas es uno de los elementos básicos para la satisfacción vital y la felicidad de las mujeres mayores/mayores que disponen de buena salud. Otros factores psicológicos también influyen en la experiencia sexual de las mujeres a partir de la mediana edad con el hecho de sentirse libres de preocupaciones acerca del embarazo. Por el contrario, las preocupaciones familiares o económicas; el desentendimiento con la pareja y el trabajo pueden interferir negativamente en la experiencia sexual en la edad mayor. La actividad sexual disminuye claramente en aquellas mujeres que en ese periodo pierden a su pareja.
Según Puchs (1979), todas las evidencias señalan que la mujer aumenta con los años su goce y su habilidad sexuales; sin embargo, después de los sesenta años se suele encontrar una menor cantidad de mujeres activas sexualmente que de hombres. A pesar de que los varones con la edad pierden capacidades para la actividad sexual y las mujeres las aumentan, lo cierto es que éstas sufren un mayor aislamiento social en lo que a la actividad sexual se refiere cuando son mayores.
Hay muchas falsedades que repercuten negativamente en la normalización de tal conducta.
Es evidente que la vida sexual de las mujeres de mediana edad del futuro se verá beneficiada por los cambios que se han producido en las normas sociales y culturales que incluyen todas las facetas de la actividad sexual, desde la iniciativa hasta el control de la natalidad, pasando por el aborto, el sexo prematrimonial, la sexualidad lésbica y, sobre todo, la aceptación social de la mujer como ser sexuado a lo largo de toda la vida.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Sexo en la tercera edad


El envejecimiento no influye en una posible pérdida del deseo sexual, éste puede estar presente de hecho hasta el momento de la muerte. Hay estudios que incluso apuntan a que la libido, en algunos casos, aumenta a lo largo de la vida. Si ocurre esta pérdida, se debe más a cambios psicológicos, creencias o estereotipos erróneos. El principal condicionamiento, por supuesto, son los cambios a nivel fisiológico, más la presencia de enfermedades o el uso de ciertos medicamentos que pueden ir asociados a esta etapa de la vida.
La mujer experimenta gradualmente tales cambios a partir de la menopausia, mientras en el hombre esto ocurre generalmente a partir de los 60 años. Los cambios en la mujer están bien expuestos en muchas descripciones del proceso menopáusico y su afectación a nivel sexual, pero diríamos que los principales están relacionados con el descenso de las hormonas llamadas estrógenos, y son una disminución en: tamaño y elasticidad de la vagina, lubricación, sensibilidad en los genitales, e intensidad de los orgasmos (y aumenta el tiempo entre ellos).
En el hombre hallamos principalmente dos tipos de problemas: un menor riego sanguíneo de la zona genital; y un descenso de la hormona testosterona, que lleva al descenso, según corresponda, de: excitación, respuesta a estímulos sensoriales, tiempo en conseguir y mantener la erección (y en recuperarla tras eyacular), cantidad de semen expulsado, intensidad del orgasmo, lubricación y tamaño testicular.
Por supuesto, la observación de estos cambios físicos en el propio organismo llevan a muchas personas a calificarlas de "degradación" o algo similar, y todo ello se convierte a su vez en un poderoso condicionante negativo hacia el goce de la sexualidad. Esto ocurre más en los hombres que en las mujeres, ellos mismos se auto limitan ante el temor a un fracaso de su erección o rendimiento sexual; ellas a menudo viven la postmenopausia con mayor tranquilidad, al dejar de preocuparse por embarazos o anticonceptivos.
Así pues el gran reto de la tercera edad, con respecto a la sexualidad, se llama adaptación. La persona que simplemente se va adaptando a esos cambios físicos a medida que surgen, que no los ve por tanto como limitaciones definitivas, sino que suponen una ocasión para explorar otras vías, tendrá más posibilidades de seguir disfrutando de una actividad sexual satisfactoria. Quien haya tenido un perfil adaptativo a lo largo de su vida, frente a los diversos avatares de su existencia, lo tendrá más fácil. Es absurdo pretender hacer las cosas tal como se hacían en la juventud, ese es el camino más seguro hacia la frustración y, como consecuencia, lleva a la progresiva autorrenuncia a cualquier práctica sexual. El proceso para lograr una buena excitación y/o erección, por ejemplo, puede diferir de cuando se era joven, pero simplemente hay que comprenderlo e ir variando ese proceso; el coito o la genitalidad como objetivo casi exclusivo de la relación sexual (algo típico de la juventud), se hará bien en relegarlo a una actividad más entre otras (entre otras que habrá que explorar, si tristemente a lo largo de la vida aún no se ha hecho, que eso es lo interesante); incorporar mucho más la ternura, abrazos, caricias, besos, todo bien cargado de sentimiento, va a enriquecer mucho el encuentro sexual/sensual. La persona poco realista, con un perfil soñador o idealista, demasiado ensimismada, tendente a revivir muy a menudo hechos del pasado, lo tendrá más difícil.
Si el gran reto es desarrollar una sana y creativa capacidad de adaptación a los cambios en el propio organismo, el gran obstáculo para las personas mayores quizá radica, todavía, en el entorno social: éste aún cultiva creencias absolutamente falsas, como que es algo vergonzoso, que a esa edad ya no se tiene deseo sexual, que es malo para la salud, que las experiencias sexuales son mucho menos satisfactorias, que si hay sexo éste irá asociado a desviaciones o perversiones (el "viejo verde"), etc.
En nuestros tiempos, gracias en parte al estamento médico que asegura que la actividad sexual en esta edad es saludable física y psicológicamente, la sexualidad de las personas mayores está dejando de ser un tabú, pero aún es considerada algo vergonzoso o fuera de lugar. Es decir, que a los auto condicionamientos psicológicos negativos antes mencionados, hay que añadir la presión de una parte importante de la sociedad que cree que estas cosas no son propias de tal edad, presión que, por desgracia, a menudo es asimilada por la persona mayor y transformada en creencia propia, en una autolimitación psicológica más.

martes, 30 de octubre de 2012

Salud sexual y reproductiva


La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud sexual y reproductiva como un estado de bienestar físico, social y mental que acompaña al ejercicio de la sexualidad y la reproducción, No se trata sólo de la ausencia de enfermedades o problemas, implica que los individuos tienen la capacidad de reproducirse, lo que conlleva la regulación de la fertilidad, sin perjuicio de su salud, acompañado de una sensación de seguridad en el ejercicio de las relaciones sexuales y reproductivas.
Con lo anterior, se está implicando el papel protagónico tanto de las mujeres como de los hombres en las decisiones que les afectan como seres humanos libres, desde el punto de vista del ejercicio de la sexualidad y la reproducción. Por ello, cada vez más se están llevando a cabo campañas que promueven la salud sexual y reproductiva en la cual todos los individuos pueden mejorar su calidad de vida.
Está demostrado que existe una estrecha relación entre el mayor conocimiento sobre este tema y la satisfacción de las necesidades prácticas mediante el control y espaciamiento del número de hijos que se quieren tener, especialmente por parte de las mujeres. Por ello, la planificación familiar puede ayudar a que se incrementen las oportunidades de ingreso a la educación en todos los niveles, así como la participación laboral y comunitaria.
La mayor promiscuidad presente en los hombres no solo les afecta a sí mismos, sino a sus parejas estables; pero, debido a los roles estereotipados, la mujer cuenta con un espacio restringido en su hogar para plantear el tema de la planificación familiar y la salud sexual y reproductiva, porque tradicionalmente es el hombre el encargado de tomar decisiones con respecto al número de hijos que desea tener e, igualmente, frente a las prácticas sexuales que mantiene con su pareja. Paradójicamente, ella siente temor de ser acusada de infidelidad.
Además de los mitos y tabúes, dentro de las razones que tienen los hombres para evitar el uso del preservativo, por ejemplo, se encuentran el temor a perder la erección al utilizarlo y la pérdida de sensibilidad en el contacto genital; y, por parte de las mujeres, el temor a sufrir irritaciones vaginales por el roce o por las sustancias de fabricación del preservativo.
Pese al supuesto control que ejercen los hombres en la sexualidad, son ellos quienes presentan menor acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, porque perciben que están dirigidos a las mujeres. Es necesario, por tanto, brindar mayor educación a las mujeres y a los hombres para llevar una vida sexual libre de enfermedades, lesiones, dolores o riesgo de muerte. Asimismo, ejercer su sexualidad libre de vergüenza, temor, culpabilidad o mitos y tabúes, con el fin de disfrutar del derecho a la integridad corporal y a controlar su propio cuerpo en el marco de la ética social y personal.

domingo, 28 de octubre de 2012

Fantasías sexuales


Desde la niñez la gente tiene fantasías sexuales. Sin embargo, tanto los sueños como las fantasías de carácter erótico se hacen más frecuentes y explicitas en la adolescencia.
Las fantasías sexuales o de cualquier otro contenido es parte integral de la vida interior de la persona y una muestra de su capacidad creativa. Las fantasías eróticas pueden ser placenteras o desagradables, estimulantes o deprimentes, realizables o no.
La imaginación y la creatividad forman parte del acto de fantasear. Las fantasías sexuales más frecuentes son la creación de imágenes sobre la forma de obtener gratificación sexual. Estas pueden ser desencadenadas por estímulos externos, por propia decisión o se suceden aparentemente en forma espontanea (estímulos internos).
Lo bueno y lo positivo de las fantasías es que se pueden experimentar con la variedad, transmutar creativamente e ir más allá de los limites, sabiendo que pertenecen al mundo peculiar e individual de la imaginación, donde el placer proporciona el resultado de la perfección de la situación creada y de lo prohibido o poco permitido de la misma; de hecho, llevarla a cabo podría en algunos casos ser poco gratificante y doloroso, y en otros arriesgado para la relación, ya que lo real contienen componentes no tan perfectos ni adaptados al placer personal, lo puede ser aliciente o decepción.
Según investigaciones efectuadas por los científicos sexuales estadounidenses William Masters y Virginia Jonson,  pueden surgir en diferentes contextos para poner cierto ánimo o “chispa” en momento concreto, en forma espontanea o accidental, además de inspirarse en un hecho conocido real, película o libro de un tema preferido. Estas visualizaciones con cierto contenido específico, como verse a sí mismo realizando contacto sexual con éxito (según las circunstancias presentadas), son herramientas que en determinado momento pueden ser parte de las estrategias de superación de problemas.
Aunque podría decirse que hay tantas fantasías sexuales como personas, no seria cierto, ya que una misma persona puede tener varias fantasías y cambiarlas según la situación, la necesidad o la edad, entre otras variables. Lo que si se puede hacer es agrupar las fantasías por su forma de ser. Es decir, hay fantasías fijas o recurrentes, es decir, siempre la misma o muy parecidas entre si (no mas de tres), que repiten personajes o conductas y que se utilizan voluntariamente para desencadenar la excitación o el orgasmo. Y por ultimo las hay libres, que se crean en el momento.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Respuesta sexual humana


La respuesta sexual humana es el conjunto de cambios físicos y hormonales que poseen los seres humanos frente a las estimulaciones en sus zonas erógenas, estas respuestas tienen como objetivo facilitar la reproducción sexual humana   

Diferenciaron 5 fases: deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución.

FASES:

1. DESEO
El cerebro es el principal órgano sexual del ser humano.
La estimulación o la postergación de los impulsos sexuales procede de nuestros pensamientos; estos pensamientos son inducidos por los órganos de los sentidos, en especial la visión, la cual estimula zonas de ensoñación y la fantasía en el cerebro. A su vez, existen conexiones con centros de control hormonal, que secretan especialmente testosterona y hormona luteinizante que aumenta el deseo sexual.
No se observan cambios visibles en el cuerpo durante esta fase, ya que se trata solamente de un proceso mental. La fase del deseo o apetito sexual debe funcionar para que la persona se interese en la actividad sexual.

2. EXCITACIÓN
Se puede provocar por muchos estímulos diferentes: la visión de un cuerpo desnudo, una caricia, una mirada... la lista puede ser infinita.
En la Mujer:
- Lubricación vaginal - Aumento del tamaño y dilatación de la vagina
- El clítoris aumenta su tamaño y sale de su capuchón
- Las mamas crecen y los pezones se ponen erectos

En el hombre:
- Erección del pene
- Los testículos aumentan de tamaño

3. MESETA
En la mujer:
- El clítoris se retrae y reduce su longitud.
- Los labios internos o menores se engrosan  y color se vuelve rojo intenso
- Aumento de las mamas
-Durante la fase de meseta, los dos tercios internos de la vagina se expanden un poco más, al tiempo que el útero se eleva. Con frecuencia, durante esta fase disminuye la lubricación vaginal en relación con el volumen que se produce durante la fase de excitación.

En el hombre:
- El pene se engrosa, adoptando un color oscuro
- Secreción de las glándulas de Cowper apareciendo la emisión pre-seminal
- Se cierra del esfínter interno de la vejiga.

En los dos sexos se da un aumento de la tensión muscular, de la respiración, de la presión y del ritmo cardíaco.

4. ORGASMO
Si la actividad sexual prosigue, se alcanza el clímax deseado: el orgasmo. En los dos sexos hay una sensación de no vuelta atrás, y de pérdida de control de los músculos, donde se libera toda la tensión tanto física como psicológica.

En la mujer, se conocen varios tipos de orgasmos:
1.          Orgasmo vaginal.
2.         Orgasmo clitorial.
3.         Orgasmo mixto.
El primero consiste en realidad en una estimulación indirecta del clítoris, por lo que se conoce como el mecanismo prepucial – glandal que se debe al roce durante los movimientos de la penetración de los extremos de los labios menores y del capuchón del clítoris sobre éste. Por otro lado, la vagina carece de terminaciones nerviosas y por lo tanto de sensibilidad, excepto en el primer tercio a continuación de la entrada de la vagina.
El orgasmo clitorial responde a una estimulación directa del clítoris, mientras que el mixto se conoce como el resultante de la estimulación vaginal y del clítoris.
No obstante, no se puede hablar de un orgasmo vaginal como tal, por la influencia indirecta de la estimulación del clítoris.
- Contracciones de la vagina, el  útero y de la plataforma orgásmica.
- Cambios cardíacos, respiratorios
- Tensión Muscular
- Contracciones del esfínter rectal
- Contracciones del perineo

En el hombre:
- Contracciones que dan lugar a la expulsión del semen acompañado de una sensación de no poder evitarse.
- Contracciones del pene y uretra – Elevación de la bolsa escrotal (testículos)
- Contracciones del esfínter del recto
- Contracciones del perineo
- Cambios cardíacos, respiratorios
- Tensión Muscular

En ambos
La tensión muscular ocurre desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Los músculos del cuello se ponen rígidos. La espalda se arquea y los músculos de los muslos se ponen muy tensos.
La tensión se ve reflejada en el rostro.

5. RESOLUCIÓN
La fase de resolución consiste en el retorno al estado inicial. Se siente un estado de relajación mental y física.

En la mujer:
 Pueden saltarse este período hacia la consecución de un nuevo orgasmo.
- El útero vuelve a su posición de reposo
- Clítoris disminuye su tamaño,  volviendo a su capuchón

En el hombre:
- Flacidez del pene.
- Descenso de los testículos y reducción del tamaño del escroto.

En ambos baja el ritmo cardíaco, respiratorio, el rubor sexual tarda un poco más en desaparecer. Los músculos de todo el cuerpo se relajan, pueden existir movimientos involuntarios (reflejos) de las piernas y brazos – Se siente la necesidad de descanso y relajación.



martes, 23 de octubre de 2012

¿Qué es la sexualidad humana?


La sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Al igual que los otros primates, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro.
El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual (Taoísmo, Tantra), así como ven en él un método para mejorar (o perder) la salud.
En la sexualidad humana pueden distinguirse aspectos relacionados con la salud y el placer, aspectos legales, religiosos, etc. El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social.
En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones que estipula la sociedad.

"La sexualidad es más que el sexo" http://www.taringa.net/posts/femme/5687412/La-sexualidad-es-mas-que-el-Sexo.html